Reseña #64: El despertar de la señorita Prim de Natalia Sanmartin Fenollera

El despertar de la señorita Prim
Natalia Sanmartin Fenollera
Editorial Planeta
Narrativa
Páginas: 352
ISBN: 978-84-08-05987-5
Precio: 18.90 €

Atraída por un sugestivo anuncio, Prudencia Prim llega a San Ireneo de Arnois, un pequeño lugar lleno de encanto cuyos habitantes han decidido declarar la guerra a las influencias del mundo moderno. La señorita Prim ha sido contratada para organizar la biblioteca del Hombre del Sillón, un hombre inteligente, profundo y cultivado, pero sin pizca de delicadeza. Pese a las frecuentes batallas dialécticas con su jefe, poco a poco la bibliotecaria irá descubriendo el peculiar estilo de vida del lugar y los secretos de sus nada convencionales habitantes.
Narrado con ingenio, brillantez e inteligencia, El despertar de la señorita Prim nos sumerge en un inolvidable viaje en busca del paraíso perdido, de la fuerza de la razón y la belleza y de la profundidad que se esconde tras las cosas pequeñas.

MI OPINIÓN

Hay algunos libros que nos fascinan, otros nos disgustan y hay libros como este que son un tanto especiales. Tan especiales que no sé muy bien qué contar de esta novela. Reconozco que desde un principio me llamó mucho la atención y le tenía puestas bastantes expectativas, pero cuál ha sido mi impresión que me ha dejado con muy buen sabor de boca, más de lo que creía. Es una novela bastante peculiar donde hasta el más mínimo detalle es importante. Viajamos atrás en el tiempo, donde las modernidades de hoy en día pasan a un segundo plano, pudiendo disfrutar de lo cotidiano: una taza de té, la lectura de un libro al lado de la chimenea, un chocolate caliente, una conversación… Son pequeñas cosas que no nos damos cuenta hasta que las perdemos.

El despertar de la señorita Prim transcurre en San Ireneo de Arnois, un pueblo pintoresco donde todos sus habitantes han decidido abandonar el mundo moderno para disfrutar de la vida como era antes (sin tecnología). Prudencia Prim, una muchacha altamente cualificada y harta de su trabajo y su jefe, decide demandar una oferta de empleo encontrada en el periódico la cual la llevará a su nuevo destino. Una vez contratada y dispuesta a empezar su trabajo como bibliotecaria de El hombre del sillón, su jefe, empieza a conocer a los habitantes de San Ireneo. Descubrirá el comportamiento nada convencional de sus vecinos, desligado del mundo moderno y una forma de pensar que terminarán poniéndole el mundo al revés.

Conforme iba pasando las páginas la impresión que me estaba dando esta novela era contradictoria. Me he dado cuenta lo poco que conozco del mundo y la cantidad tan grande de buenos escritores que se están perdiendo con los años. Aunque parezca una lectura fácil y rápida de leer, sucede todo lo contrario, tiene una complejidad que hace que nos vayamos fijando en las conversaciones profundas y transcendentales, los debates dialécticos que ni en un millón de años llegaré a comprender, pero los mensajes que nos quiere transmitir la autora a pesar del embrollo de frases intrincadas va más allá de lo que creemos: dejan huella. La pluma de la autora es fantástica, va contando al lector, con un tono clásico y antiguo en tercera persona los acontecimientos que suceden en el pueblo mientras desarrolla con pequeños detalles el ambiente Prudencia Prim. Ha sabido plasmar el tranquilo y hogareño pueblo, sin ajetreos, sin complicaciones, sin ese estrés característico de la ciudad.

Con respecto a los personajes, mencionar que Prudencia no ha llegado a convencerme del todo. Esa personalidad tan contradictoria me ha resultado un tanto enfermiza (¡creía que era bipolar!), pero hasta el final no he entendido a qué se debía. Ha resultado ser una evolución bien intencionada por parte de la autora pero que de todas formas ha sido demasiado incoherente. El hombre del sillón es un personaje demasiado orgulloso, déspota y cenobita, llegándome a resultar inalcanzable a nivel racional. Sin embargo, los habitantes y vecinos del pueblo me han gustado más, cada uno aporta su granito de arena a la novela, convirtiéndolos en personajes más cercanos que los anteriores.

El final ha sido decepcionante, no me ha gustado. Es demasiado abierto o no lo he entendido y no he sabido interpretado del todo, pero me esperaba otra cosa, algo más específico y no esa abertura para que el lector se invente lo que le dé la gana. Otra cosa que me ha chasqueado ha sido que no se aclara el misterio que encierran tanto el pueblo como sus habitantes y me he quedado preguntándome: ¿Ya? ¿Esto es todo? ¿Y qué pasa con lo demás?

En conclusión, El despertar de la señorita Prim es una novela especial, de esas que dejan huella y hacen pensar. Una novela que nos enseña que hasta lo más insignificante puede ser lo más valioso cuando no lo tenemos. Fresca, novedosa y diferente cuando lo que más abunda hoy en día son otros géneros.